jueves, 26 de abril de 2012

Donde dije mío, digo tuyo.


Hace unos días (puede que semanas, el tiempo es taaaaan laxo para un ser preternatural cómo yo...) me hallaba yo hablando de rol con un compañero de la vieja (no tanto) escuela cuando, entre los desvaríos varios, apareció un tema curioso que hoy os traigo a éste humilde blog. 

El tema no era otro que la percepción, no se si cierta, de que el rol se ha convertido en una especie de mueble Ikea (TM). Si, decir que uno es muuuuy friki porque juega a rol mola, marcar biceps mientras levantas los 4 manuales (de 700 páginas cada uno) sin los cuáles no podrías jugar a tu jdr favorito mola, pero eso si, mola mucho más si viene todo sobre raíles, con unas claras y concisas instrucciones. Todo muy estirado, vamos. 

Frases del estilo de: "no me gusta ésta regla, menuda chufa de juego" o "el sistema de experiencia es una jena, seguro que es una errata" debieran hacernos sangrar los ojos cuando las leamos, y más teniendo en cuenta que en ésta afición, quien más quien menos, se considera la hostia de ingenioso y despierto. ¿Donde quedan aquellos días en los que un buen Dj (seguro que los malos también lo hacían) compraba un juego he interpretaba y ejecutaba las reglas según le viniera en gana sin tener que asomarse al mundo a gritar lo malas o incompletas que eran éstas?

Parece ser que vivimos en la sociedad de lo rígido, del blanco y negro. Si algo no nos gusta, el título es una mierda y lo desechamos sin miramientos. Ya no hay lugar al "bueno, esto voy a usarlo, y esto no" o al "te digo que la iniciativa se calcula tirando un d10 y no me importa lo que diga el manual". No, vivimos agobiados, siempre sin tiempo. Queremos las cosas masticadas y digeridas, simples y agradables, que requieran el mínimo esfuerzo para ser disfrutadas, aunque ello convierta la experiencia en una tarde con sabor a juego pre pre fabricado. Somos taaaaan vagos que preferimos sacrificar dinamismo e interpretación en las partidas en pos de simpleza y escasez de requisitos. Así nos va, claro. 



En definitiva, que nos hemos vuelto muy cómodos. 

Durante la propia conversación surgió también una pregunta interesante sobre mi opinión (cómo autor) acerca de si me resultaba molesto que alguien comprara mi juego para a continuación alterarlo y moldearlo a su antojo. Mi respuesta fue simple: el juego deja de ser mío en el momento en que alguien lo adquiere y pasa a ser suyo. Expliquémonos. No es que ceda amablemente los derechos de explotación del libro a todo aquel que se gaste (en mi caso) 3´50, no, pero todo aquel que lo adquiere pasa a poseer en exclusiva el derecho a disfrutarlo (o no) cómo mejor le plazca. Puede quemarlo, enterrarlo, cambiar los aviones por elefantes voladores y las ametralladoras por dildos gigantes. El Dj de turno, en su inmensa sabiduría, puede incluso cambiar, ignorar, malinterpretar en su beneficio o (imagínate!!!) aplicar las reglas que he tenido a bien incluir. 



Que donde dije mio, digo tuyo, vamos. 

Señores, hagamos uso de la imaginación y aptitudes mentales (a falta de sociales) que nos caracterizan y volvamos a la vía de la sensatez. Esa senda en la que un juego de rol no deja de ser un juego y qué, por ende, podemos jugar cómo más nos plazca, de la misma forma que lo hacemos con cualquier otra forma de ocio. 

No seamos más papistas que el Papa, señores. 


5 comentarios:

  1. Joer, y no me cansaré de decirlo, aunque no tenga razón: la verdadera crisis rolera es de creatividad, ni siquiera de pasta. Ideas, ideas nuevas. A alguno le parecerá que les tengo paquete a los retroclones por retroclones y no es así, es una vertiente tan digna como otra cualquiera, pero no me creo que lo más puntero e innovador de los juegos de rol en España (o como coño se llame ahora) sea un refrito, por muy bien aliñado que esté, de un juego que en definitiva inventó otro. No es mala leche, no, es que quiero ver cosas nuevas, por lo menos en la punta de lanza de las editoriales.

    Lo primero que hice cuando terminé mi master de tres años en MERP fue escribir unas tablas de críticos nuevas. Y luego, un sistema de daño mejor, sin esas condenadas tablas.

    Por lo demás, bien cantado, maestro Orco. Fabulosa la foto de Avatar y tuya del principio.

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  2. ¡Bravo! No puedo sino estar completamente de acuerdo ;) Tanto contigo como con el señor Abe.

    El problema de la crisis de creatividad es que los que "invierten" en rol no arriesgan con cosas rompedoras o nuevas, hay excepciones por supuesto, pero principalmente no arriesgan demasiado, aunque lo entiendo. Yo me autoeditaré algún día, y oye, no sé si seré muy o muy poco original, de momento creo que no hay ningún juego que sólo trate de Invasiones Extraterrestres como Ufos & Uzis, y al menos no hay demasiados de Indios zombis y vaqueros y reverendos :P Efectivamente de fantasía medieval oscura como In Nomine Noctis hay muchos, pero espero suplirlo con lo peculiar de dicho mundo ;P

    Por cierto, la foto esa de Avatar y Alberto creo que es de los Edge Days, juraría habérsela visto en G+.

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  3. Creo que esto se da principalmente en la red, y se debe a que somos un grueso de jugadores que hemos pasado de comprar manuales para jugar a comprarlos para leerlos, contemplarlos, coleccionarlos y debatir sobre ellos. Esta es una visión muy generalista, lo sé, y hay muchas excepciones, por supuesto, pero mi experiencia personal y mi percepción general es esa.

    Recuerdo cuando era un chaval, iba a la librería (no especializada, ojo, librería de toda la vida), contemplaba con tranquilidad la estantería de juegos de rol, la mayoría de Joc, compraba uno, y lo primero que pensaba era que tenía que leerlo cuanto antes y preparar una partida para el sábado. No pensaba en ilustraciones, ni maquetación, ni en el grosor de las hojas, o si estaba en color o en blanco y negro. Lo que realmente me importaba es que ese fin de semana, como cada fin de semana, había partida, y tenía un nuevo juego que cuando lo pienso, realmente era sólo una excusa para continuar con el rito de pasarlo bien, tirar dados, comer guarrerías y partirnos el ojete.

    Si llegaba el sábado y no me lo había leído todo, daba igual, montaba una partida, porque era lo importante, y se improvisaba lo que tocase. Los manuales eran sólo una herramienta.

    Ahora miro los manuales de otra forma, quizás porque sé que el próximo finde no habrá partida. Es más, no sé ni cuándo tendré la oportunidad de jugar la próxima, así que tengo más tiempo para leerlos y conformarme con disfrutar de su lectura.

    A su vez, puede que también tenga que ver la edad. Seguramente la media de edad de jugadores es más adulta, y eso hace que seamos más exigentes con lo que compramos, sobre todo cuando se trata de juegos no precisamente baratos.

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  4. Sí, está claro que la pasta gansa que valen los juegos ahora, también influye en nuestras "quejas" cuando vemos que para colmo de pagar un potosí no nos gustan algunas cosas. Antes por 2000 o 3000 pesetas te comprabas un juego de rol (estamos hablando de 12 y 18 €), pero ahora como poco son 30 € y eso son 5000 pesetas, algo que sólo reservabas a grandes desembolses de dinero.

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  5. Si, estoy de acuerdo en que la edad y las obligaciones condicionan, pero me parece que la desidia creativa se extiende más allá de "la vieja guardia". A lo mejor solo es una percepción mía...

    Me alegro que os guste la instantánea. Es de un vivo de Fiasco que jugamos en primicia en los Edge Days... :D :D :D :D

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